Primer día

La fe – don de la misericordia

La hermana Faustina destacó el papel de la fe, hace que la vida se transforme de gris y monótona en una vida rica, porque la acción de la gracia de Dios la amplía. Entonces hay vida, desarrollo y dinamismo. Sin embargo, para reconocer y aceptar las obras de Dios, es necesaria la fe, porque es el fundamento de la vida religiosa. Debido a que Dios es veraz, no arroja palabras al viento y cumple su palabra, es digno de fe (cf. D. 935), merece plena confianza, plena fe, porque a Dios no le gusta ninguna duda en Él.

La fe tiene poco que ver con sentimientos positivos. Obviamente si aparecen es bueno, porque pueden ayudar a las personas. Santa Faustina afirmó claramente que la fe debe estar fuertemente basada en la razón. La razón es un poder cognitivo y al mismo tiempo un regalo de Dios, para que el hombre pueda conocerlo. Por eso, la fe sin la razón se convierte en una caricatura. Dios exige que el hombre utilice los dones que Él mismo le ha dado. El conocimiento de Dios se realiza en el hombre a través de la razón iluminada por la fe. Hay que pedirle a Dios esta razón iluminada por la fe, porque es una gracia y la gracia se pide, y no se exige.

Como cualquier realidad espiritual, la fe puede aumentar o disminuir, es decir, es frágil y por eso hay que cuidarla. Santa Faustina experimentó un aumento en su fe enriquecida con abundantes dones de Dios. Jesús mismo recordó a Santa Faustina que el hombre debe tratar de profundizar en su fe. Para que Dios actúe de manera efectiva en un alma, el hombre debe tener fe. La fe es una condición necesaria para la acción de Dios en el hombre: para que Yo pueda obrar en un alma, el alma debe tener fe. Oh, cuánto Me agrada la fe viva (D. 1420).